
El libro de Grabois editado por Planeta, La clase peligrosa, recibió un comentario en el diario La Nación. Llama la atención el lugar, en la edición online aparece bajo una nota que enaltece a la ministra de seguridad Patricia Bullrich, sobre una respuesta que ella le da a la diputada nacional Mónica Macha, en la que incluye el término "machirulo", una nota que no pareciera tener nada que ver con el libro de Grabois. Una sección de notas políticas, al paso. Los comentarios de los lectores también juzgan el libro de Grabois. ¿Qué más decir sobre ese espacio de La Nación, después de lo hecho por el artista y sociólogo, Roberto Jacoby? En el caso del libro de Grabois, se puede agregar que quizás sea índice de un acierto en el título. ¿Cuál es la clase peligrosa? Un tal "BorgesAlvares" que habla desde la memoria opaca del televisor dice que se trata de la operación de La Nación online, en donde meten temas como: "FEMINISTAS, ABORTISTAS, PAÑUERULAS VERDES, FARÁNDULA, GAYS, LESBIANAS, TROTSKOS, PROGRES, demás EXCREMENTOS DE LA SOCIEDAD". En el intercambio, los comentaristas previos ya venían azorados por el hecho mismo de que el libro tuviera un lugar en el diario, de que ese personaje horrendo que es Grabois para los comentaristas de La Nación tuviera un lugar allí; y "BorgesAlvares" se envalentona. Como indica el autor al final del libro, los que escriben sus comentarios al pie de las notas de La Nación no son la clase peligrosa, tampoco desde la cual habla quien narra las historias del libro, sino la clase que mantiene las condiciones de inequidad en el mundo que vivimos a diario y que se ve especialmente representada por el diario. El título del libro es ambiguo porque promete descubrir algo detrás de lo que asusta. Testimonio fiel de la vida de aquellos que más sufren y que son vistos como un peligro; los "misterios" de una Buenos Aires desquiciada durante el capitalismo en su fase actual; Retratos de la argentina oculta, el subtítulo tampoco aclara, podría ser la argentina oculta donde los poderosos hacen sus negocios o la argentina oculta de los más pobres entre los pobres. Sea cual fuere la opción que anule la ambigüedad, lo que está claro es que el libro apunta a lectores que no pertenecen ni a una ni a otra clase.
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