En primer plano, se ven dos cuerpos tirados sobre la calle. Atrás de ellos, una rueda y parte del chasis de un colectivo o un trolebús.
En detalle –sobre ese fondo– un cuerpo está echado hacia delante sobre una puerta. No. Parecen ser dos las personas que ocupan con sus cuerpos las puertas. Nadie pedirá descender. El de la izquierda, acuclillado, como en un rezo, más borroso. El de la derecha, gacho, deja ver una calva sobre la coronilla. Así asoma. Su cabeza traspasa la puerta sin vidrio. Su cabeza cuelga esperando una fantasmal guillotina. A su lado dice: SA. En la ventanilla una persona asoma, inclinada hacia delante. Un brazo brota, mustio, hasta casi tocar una inscripción inútil: SALIDA.
Una varilla curvada corta la imagen en dos.
Dos mujeres están tiradas sobre la calle. Una viste un tapado. El que eligió para cubrirse del frío esa mañana lluviosa y gris. La otra, de largos cabellos, está cubierta por una tela o un diario piadoso que nos impide ver su rostro. Nadie, sin embargo, calzó su pie desnudo. Ambos cuerpos forman una composición curiosa. Parecen tocarse: el brazo izquierdo de la mujer tapada por una tela o un diario piadoso, no sé, está estirado hacia el pie de quien vestía un tapado oscuro y lleva sus brazos plegados cerca del rostro. Como si dormitara. O se cubriera de algo. O dejara un rezo inconcluso.
Podría suponerse que la foto salió publicada en la sección social o policial de un diario para ilustrar un accidente de tránsito. Sabemos que no.
Es de las pocas que hay en un pequeño libro titulado La masacre de Plaza de Mayo. No, no alude a los hechos de diciembre de 2001 y sus treinta y pico de muertos. La fecha es previa: 16 de junio de 1955, cuando oficiales de la aviación naval auxiliados por comandos civiles bombardearon, con diez toneladas de explosivos, la Plaza de Mayo, pero también la CGT, el departamento de policía, la residencia presidencial de la calle Austria y hasta la plaza Vicente López. Las personas que la imagen nos muestra son apenas cinco entre trescientos muertos y dos mil heridos.
Guillermo Korn (Buenos Aires)
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1 comentario:
Un 16 de Junio, Leopold Blum recorre Dublin y Moly, su esposa, durante la noche de ese mismo día, tiene su fluir de conciencia. El 16 de junio será para Irlanda el Blumsday, para nosotros el Día del Bombardeo.
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