yer se fue el maestro para construir series en las que pudimos leernos, para ver en la literatura argentina la insistencia de un trauma, el que se animó a volverla territorio de batalla. Ayer murió mientras yo daba los toques definitivos a un ensayo que lo honra y lo discute, lo sigue y le reprocha, existe así por él. Apenas se estaba muriendo Viñas y ya seguía estando vivo. (Buenos Aires, marzo 2011)
En la mesa de adelante tienen un libro donde hay un cuento mío. Lo veo cuando les pido que me cuiden algo mientras me ausento. Entonces les pregunto si el libro está bueno. Hasta donde leí, sí, dice uno. No puedo saber si llegó a mi cuento. Rato después se levantan. Uno tiene el libro bajo el brazo. Ahí se lleva mi botella al mar, esa voz que fue mía, mis preguntas. (Buenos Aires, febrero 2011)
Se presenta "El amor y otros cuentos" pero falta Marina Kogan. Abrazo a sus amigos. Inés me cuenta los últimos días: dice que casi no sufrió, que fue feliz hasta el fin, que hablaron mucho. Me gana esa luz. De pronto Inés mueve sus manos como maga, las sigo y veo su panza de siete meses. Tanta vida ahí. Mientras la abrazo ella dice que Marina, antes de irse, le dijo: está todo bien, todo va a estar bien. (Buenos Aires, febrero 2011)
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Elsa Drucaroff (Buenos Aires)
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