En Cuerpo a cuerpo (1979), para muchos su mejor novela, puede leerse lo que para David Viñas era esa guerra de posiciones con las palabras:

    “Escribir con sangre me habían dicho. Quién. No sé. O prefiero olvidarme. ´Con sangre.´ Y no me convence. Presiento que si alguien escribe con ese líquido tan peculiar, no escribe. Veamos: en primer lugar, me parece enfático y desproporcionado. Los actores antiguos alzaban los brazos y se estremecían para decir, por ejemplo, Me has engañado, Me vengaré, Que la tierra se abra bajo mis pies. ´Sobreactuaban.´ Esto es, quedaba un espacio vacío entre su ademán y lo que estaban diciendo. Y alguien nos susurraba en letra chica Ni ellos mismos creen en lo que están diciendo. Sobreactuar. Cf.Sobrescribir: ´Escribo con sangre´. No. Efectos sin causas. Provocar asombro. Seducción inmediata. Tratar de convertirse en objeto de culto. Escritor hierático /lector beato. Y no. Escritor maestro /lector discípulo. Tampoco. Escritor in /lector out. Menos. Escritor macho /lector hembra.

-Discrepo.”