Se los llama tragafuegos, pero no sólo se introducen fuego en la boca: también fingen ser capaces de exhalarlo. El tragafuegos hace un buche de combustible, generalmente gasolina o kerosene. Al expulsarlo sobre una antorcha encendida, se genera la llamarada. Si quedan restos de líquido en el exterior de la boca puede quemarse gravemente, por eso es imprescindible que se limpie bien con un paño después de cada expulsión. Los dragones suelen usar petróleo crudo, que encuentran en ciertas zonas pantanosas. Sus escamas de reptil los protegen de las quemaduras.
Ana María Shua
Buenos Aires, EdM Mayo 2012
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