¿De dónde viene la costumbre de evocar a los muertos con sus nombres y de afirmar su presencia con esta palabra? Viene del fascismo, y su culto de los muertos ocupó un sitio central en la liturgía fascista: “El momento culminante de la ceremonia era el rito del llamamiento: uno de los jefes de escuadra gritaba el nombre del caído, y la multitud de rodillas contestaba: ‘!Presente!´”. Ascendidos al universo simbólico fascista como héroes o santos, los caídos velaban carismáticamente por la comunión de los fascistas, y seguían viviendo en su memoria.” (Gentile 2007, 34). El traductor del historiador explica que el Fare l’apello en italiano equivale al “tomar lista” o “”pasar revista” en espaňol. En inglés sería roll call, en alemán Appell. Las camisas negras usaron un ritual militar entre oficiales y reclutas para transferirlo dos veces, primero de los vivos a los muertos, segundo de los soldados a las escuadras fascistas, que producían terror en los barrios socialistas y comunistas de Italia. La primera transferencia posiblemente ya lo practicaron los veteranos de la Primera Guerra Mundial desde el 1918 o antes. ¿Había una tercera transferencia del culto por los peronistas? No serían los únicos que trataron de re-sacralizar el poder político después del fascismo.
Wolfgang Karrer
Berlín, Alemania, EdM, junio de 2012
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Emilio Gentile. El culto del litoral. La sacralización de la política en la Italia fascista. Trad. L. Padilla López. Buenos Aires: Siglo XXI Editores, 2007.
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