PIES DE IMAGEN

Ojos que no ven, cita que no siente, por Mariano Lescano


Ojos que no ven.

"El videoteléfono produce la ilusión de una presencia y sin duda ha hecho más soportable la separación espacial entre amantes. Pero se nota siempre la distancia que permanece, quizás con la mayor claridad en una pequeña descentración. Efectivamente, en Skype no es posible mirarse el uno al otro. Cuando en la pantalla se mira a los ojos del otro, este cree que su interlocutor mira ligeramente hacia abajo, pues la cámara está instalada en el marco superior del ordenador. La bella peculiaridad del encuentro inmediato, la de que ver a alguien es siempre el equivalente a ser visto, ha dejado paso a la asimetría de la mirada. [Gracias a Skype] podemos estar cerca los unos de los otros las veinticuatro horas del día, pero dejamos constantemente de mirarnos. 
     El hecho de que tengamos que pasar de largo sin mirarnos no es culpa exclusiva de la óptica de la cámara. Apunta más bien a la falta de mirada por principio, a la ausencia del otro. El medio digital nos aleja cada vez más del otro." 

(Han, Byung Chul, En el enjambre. Barcelona: Herder, 2014, p. 44 y 45)


Cita que no siente: Marina Abramovic.



El fuego es el alma de toda luz, y todo fuego se viste de luz.

"Los primeros instrumentos que fabricaron fueron los ojos portadores de luz, y los ataron allí por lo siguiente: aquella clase de fuego que no tiene poder de quemar sino de producir una suave luz, la han fabricado para que cada día se convierta en un cuerpo apropiado. En efecto, hicieron que el fuego que está en nuestro interior, y que es hermano de ese fuego, fluyera puro a través de los ojos, para lo cual los comprimieron, especialmente en su centro, hasta confeccionar una bola lisa y compacta, de modo que retuviera todo aquel otro fuego más espeso, y sólo dejara pasar el de índole pura. Así, cuando la luz diurna rodea el flujo de la visión, entonces lo semajante cae sobre lo semejante y, tras combinarse con él, se constituye en un único cuerpo afín en línea recta a los ojos, donde quiera que el fuego que surge del interior choque con el que procede de los objetos exteriores. Por su similitud, se forma un conjunto de impresiones semejantes; cuando entra en contacto con algo o algo entra en contacto con él, transmite sus movimientos a través de todo el cuerpo hasta el alma, y produce esa percepción por la que decimos que vemos". 

(Platón, Timeo, 45b-d, Madrid: Abada, pp. 237-239)


Ya no sabemos ver.

"Cámara fotográfica, teléfono celular, filmadora digital, etc., nuestra mirada está entre nuestras manos, fuera de nosotros. 
   En lugar de multiplicar su potencia, esto significa, en verdad, que nuestra mirada está ahora fuera de nosotros, lejos de los ojos. Que nos volvemos progresivamente ciegos. Cuanto más permite ver la tecnología, cuanto más se despliega lo real en imágenes que van de lo infinitamente pequeño a lo infinitamente grande, cuantas más imágenes podemos almacenar en las memorias informáticas, menos vemos. 
    Computadora, cámara fotográfica, filmadora digital, celular, los objetos de la tecnología nos han arrancado los ojos. Han puesto nuestros ojos afuera. Nuestros párpados se cierran sobre agujeros. Ya no vemos nada. El poder de la ciencia nos ha despojado de nuestro poder de mirada. Podemos dormir, la ciencia y la técnica ven por nosotros. 
    En la era hipermoderna, somos mirados, se nos ve, se ve por nosotros. Tanto como decir que el arte de la mirada se pierde. Ya no sabemos ver."

(Wajcman, Gérard, El ojo absoluto, Buenos Aires: Manantial, 2010, p.249)


Teoría.

"Si las ambigüedades griegas sobre la especulación y la observación y los dos tipos de luz propiciaron el enraizamiento del ocularcentrismo, lo mismo sucedió con la compleja relación entre el ojo y su objeto, implícita en la idea de theoría. Como ya se ha dicho, comentaristas como Jonás han subrayado la función distanciadora de la vista en la creación del dualismo sujeto/objeto, típico de la metafísica griega y luego de la occidental. Un examen más detenido de lo que los griegos entendían por teoría apunta una segunda inferencia posible que debería extraerse. Si Platón argumentó que el ojo y el sol se componen de sustancias similares, y los griegos creían que el ojo recibía y transmitía rayos luminosos (la teoría de la extramisión), entonces existía una cierta dimensión participativa en el proceso visual, un entrelazamiento potencial entre el que mira y lo mirado."

(Jay, Martin,  Ojos abatidos. La denigración de la visión en el pensamiento francés del siglo XX, Madrid: Akal, 2007, p.32)

Mariano Lescano
Rosario, EdM, enero 2018
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