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Palabras: Las palabras de Norberto, por Marcos Bertorello


orberto es un amigo mío. Es un tipo de unos cincuenta largos, casi sesenta. Es santafesino; nació en Casilda, un pueblo del sur de Santa Fe. Norberto tuvo una vida algo andariega, para mi gusto: vivió en Casilda, Rosario, Buenos Aires, Santiago de Chile, Italia, España, Francia y otra vez Buenos Aires. Y además, no sé bien cómo, pero estudio tres carreras: Economía Política, Sociología y Psicología. Norberto es un cabrón, de los que cuando se enojan, gritan. Pero no es un maleducado, o de esos tipos que no pueden escuchar. No, el tipo cuando se enoja, se enoja. Y la verdad, no queda mal, al contrario: suena genuino. Digo todo esto porque hay algo en el modo de hablar de Norberto que me resulta cautivante: como si sus frases transmitieran una especial manera de entender el mundo. A todos nos pasa lo mismo, es claro: hablamos como vivimos. Y vivir, entre otras cosas, es tener la ilusión de que comprendemos el mundo. Pero si me detengo en el modo de hablar de Norberto, lo hago porque creo que su modo de hablar tiene algo de inefable. Quiero decir: el tipo usa expresiones que me parecen maravillosas. Digámoslo así, es una. La dice como si fuera un tic nervioso, o un signo de puntuación, en fin: son de ese tipo de expresiones lingüísticas que no tienen significación alguna y que le dan una musicalidad a la frase que sin esa expresión toda la frase no querría decir nada. A los locos hay que ponerlos para donde disparan, es otra. Pero como dije más arriba, hay algo inefable en su modo de hablar, y tiene que ver con que esas frases que dice son maravillosas sólo cuando las dice él. Cuando las escribo, por ejemplo, esas mismas palabras se transforman en otra cosa, no sé bien qué pero, decididamente, no suenan igual a como las dice él. Norberto dice que los porteños hablamos castellano con la música del piamontés. Yo no sé si esto se aplica a todos los porteños, aunque suene verosímil. Tampoco sé muy bien cómo sería la música del piamontés. Lo que sí sé es que la música con la que habla Norberto es una música que parece esquiva al papel, quiero decir: hubo veces en las que me propuse hacer hablar a un personaje como habla Norberto. Lo intenté, pero cuando escribí esas frases que me parecían maravillosas y las leí, me di cuenta que ese personaje no hablaba como Norberto. Y esta imposibilidad, además de amargarme me hizo creer que la literatura es un camino difícil y absurdo en el que nos empecinamos en querer hacer entrar la vida en una serie de palabras escritas en un papel.

Marcos Bertorello (Buenos Aires)
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