zcor” es un efecto no esperado de haber visto dos documentales excepcionales mientras escribía Nombres propios (ver en este número la presentación del poemario escrita por Gonzalo Aguilar). El primero es La rabia (1953) de Pier Paolo Pasolini y el segundo es Prigionieri della guerra (1995) de Yervant Gianikian y Angela Ricci Lucchi. El film de Pasolini, precursor de lo que hoy se llama “cine encontrado” (found foutage), me hizo descubrir que la escritura de Nombres propios , en un punto, era el traslado a la poesía de lo que él genialmente había logrado. En cuanto a la película de Gianichian-Ricci Luchi no hizo más que confirmarme que el arduo y tortuoso camino del libro era el correcto: tenía que transformar acontecimientos y documentos del siglo XX, de historias públicas y privadas, en una voz poética propia. Ellos, con la manipulación, en el buen sentido de la palabra, de material fílmico sobre prisioneros de la primera guerra mundial lo lograron. Así, sin darme cuenta, realicé, al montar fragmentos fílmicos de documentales y ficciones, un material audiovisual para la presentación del libro el viernes 19 de noviembre 2010. Gracias a la ayuda dos amigos, el poeta Osvaldo Bossi y el músico Marcelo Moguilevsky, logré llevar este pequeño proyecto, cual un barco ebrio, a buen término. Gracias a ustedes, inesperados espectadores, por reflotarlo, darle nueva vida y volver a verlo.
Yaki Setton (Buenos Aires)
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