A mi amigo Sandro Barrella
A veces sucede como un hecho inesperado: un libro que brota de la nada y cae en nuestras manos: ¿es para mí?, ¿cómo se llama, ¿sobre qué trata?, ¿de dónde viene?
Un libro que nos llega, enigmático, como un tesoro descubierto sin saber de su existencia porque no lo buscamos ni lo esperamos ni está oculto bajo ninguna falsa puerta o bajo tierra, al lado de un gran árbol. Un libro que se abre como una caja mágica y de la que no brota un conejo sino cientos de bellos versos mozárabes, hebreos y está entre nuestras manos. Un libro que nos amenaza como una caja de Pandora con muchos de los enigmas de este mundo: los de la bondad, los de la maldad, los del amor, los de la amistad, los de la fe y los del dolor.
Eso me sucedió con Poesía Secular de Selomo Ibn Gabirol editado por Alfaguara en noviembre de 1978 en su colección de Clásicos con Prólogo de Dan Pagis, traducción y notas de Elena Romero. De 22 x 13 cm, con 532 páginas, tapa dura y sobrecubierta; Poesía secular es un libro inhallable en las librerías de Madrid, Granada, Barcelona o Buenos Aires. Sin embargo, en Librería Norte, en su misterioso sótano más exactamente, apareció el ejemplar que tengo en estos momentos entre mis manos.
Fue una tarde de octubre del año pasado, allí mi amigo Sandro me esperaba, a modo de sorpresa, con la obra reunida de poesía de este excepcional poeta del Al-Andalús nacido en Málaga alrededor del 1022 y muerto en Valencia en el 1053 ó 1057. Poesía Secular de Selomo Ibn Gabirol es una versión bilingüe en su bello original hebreo y su buena traducción al español.
Hace meses que llevo en mi mochila este secreto tesoro con su peso y su belleza. El me acompañó en la primavera y el verano, ahora lo hace en el otoño. Lo necesito. Sea en un bar o en mi escritorio de trabajo, lo abro al azar y leo sus poemas, en particular los amorosos, como si fuera siempre la primera vez.
He aquí un bello poema de amor de Ibn Gabirol con su original en hebreo y la versión en español:
Ahora, mi versión personal:
"Querida, por un momento escucho tu leve voz de queja y de duda,
¿has olvidado acaso los amores que te he dado, las caricias
que te he dado como nunca para el resto de mis enamoradas?
Y aunque no te lo recuerde, aunque no lo haya dicho con palabras
llevo tus amores ocultos dentro de mí porque eres la daga
con la que combato a aquellos que me combaten y también
eres el escudo con el que me protejo de mis adversarios. Así,
después de esas batallas puedo contemplar tu deliciosa figura,
¿no es esto pura alegría? ¿no se van por fin todas mis tristezas?
Y sí, amiga, tu nombre invoco contra todas mis penas, entonces,
me gana el reposo, la quietud, se calma el dolor."
Yaki Setton
Buenos Aires, EdM, abril 2016
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2 comentarios:
Con cuánta belleza empieza este domingo. Gracias.
dime donde vives que bajo la especie sombras, en las horas nocturnas iré a leerlo.
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