Los tres poemas que siguen forman parte del nuevo libro que Liliana Lukin (Buenos Aires, 1951) publicará en los próximos meses y que llevará el título de Poemas del Buen Amor.


no sin consecuencias

pagar por el Yo
semanas respirando
igual arriba que abajo,
el súbito ascenso del sueño
en un fondo de ojos: sólo se ven
repisas con juguetes, mamá
y miniaturas, merezco el golpe

soy hundida y
veo: la propia calavera
como obra
de arte, sueño desnuda,
acurrucada en brazos
del operador de la máquina,
y atrás de la pupila me protejo


partir dejando toda
identificación, toda
posición, partir de allí: eso




a pagar

iré soltando lastre, macerada
ya en la música natal
me moriré, eso
haré del concepto, dejando
huella en la piedra de
los que ofrecen piedra,
huella en la arena de
los que son como la arena,
y eso bastará, eso basta.

Cuerpos para pensar y
pensamientos para
sentir inagotablemente


la palabra oscurece

aprendí – la letra con sangre entra –
que como un goteo que
no se detiene ante el tiempo
el buen amor llena y rebasa
la copa, la superficie
debajo, los niveles surcados
donde se pueda penetrar

(De olvido y pérdida
ya está la mesa puesta)

el buen amor va, a veces
vuelve, pero alcanza
más de una realidad,
vida o personas, ajeno
y propio expande algo,
deja flotar como la sal,
mantiene vivo
lo único que nos es dado
decir




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