Elida Saidler nació y vive en Buenos Aires. Es médica. Su libro de relatos La Resistencia de los Árboles obtuvo la segunda mención en el Régimen de fomento a la Producción Literaria 2012 del Fondo Nacional de las Artes.
El ruido, un chirrido largo y sostenido, no la despierta. Desde las cinco Elvira está con los ojos abiertos, el cuerpo laxo demorado en la tibieza de la cama. La mano huesuda roza a contrapelo el lomo de la gata, hecha un ovillo en su cintura, como si no hubiera en el mundo nada más que hacer. La radio está prendida. Las voces sobrevuelan la habitación pero ella ignora las palabras. Cuando una luz débil se cuela por la banderola y dibuja gotas de polvo en el aire, la gata salta de la cama y escapa al patio. Elvira se pone el audífono y escucha las noticias con poco interés hasta que anuncian el pronóstico del tiempo, sol pleno después de una semana de lluvias. Hoy es el día, piensa, tengo que preparar todo; pero se queda en la cama, la mirada perdida en las manchas de humedad del empapelado.
A las ocho el ruido intenso, metálico invade el aire. Elvira lo reconoce. Sabe que en minutos llegarán las voces de los obreros desde la calle. La lluvia fue una tregua. Se levanta con energía pero enseguida tiene que apoyarse en la cómoda. Hice todo lo que dijiste, tengo todo listo, dame fuerza viejo, le murmura a su esposo que sonríe imperturbable desde la foto con marco dorado. Dame fuerza madrecita y acaricia el manto celeste y blanco de la virgen de porcelana. Elvira se cubre el cuerpo magro con una bata y se envuelve en un chal tejido; cruza el patio y sale al jardín, arrastrando las chinelas. En los canteros las rosas se curvan cargadas de agua.
Seguir leyendo