APUNTES

1944. Clarice Lispector, por Andrea Jeftanovic


Lispector la autora brasilera que rechazó el costumbrismo regionalista, la que se declaraba dueña de casa, la que escribía con la máquina de escribir sobre su falda mientras supervisaba a sus hijos. Esa mujer con pocas o nulas pretensiones intelectuales escribió novelas y cuentos de profundos alcances filosóficos y existencialistas. Su primer libro, no fue una excepción. En 1944 sorprendió con Perto do Coração Selvagem o en castellano Cerca del Corazón Salvaje; un texto que alude al constante resurgimiento de la memoria de infancia en función de la comprensión del proceso de constitución del sujeto. La biografía de la protagonista Joana se construye desde la infancia hasta la madurez, indagando en la identidad y en la complejidad de las relaciones humanas, en las limitaciones del lenguaje como fuente de formación del sujeto y en la tensión con los roles sociales.
    Esta novela comparte los principales rasgos de la obra lispectoriana: la experimentación de los límites de la palabra, la meditación existencialista (incluso mística). A la autora brasilera no le interesa contar sólo los hechos, sino explorar la repercusión de estos en los individuos, en un trabajo donde el lenguaje es materia moldeable en la experiencia del despliegue del “yo. El relato no sigue un desarrollo cronológico, sino que se estructura a partir de breves momentos epifánicos; es decir, de instantes significativos que se recuerdan y recrean porque revelan algo crucial en el crecimiento emocional y psicológico de la persona. Por ejemplo acá hay movimientos en el tiempo y variaciones en el punto de vista que van hilvanando el aprendizaje de la niña y el imaginario atormentado de la adulta. Se sigue una trayectoria circular, ya que el fin de la novela se une al inicio: antes de morir, Joana se liga a la infancia renaciendo en un impulso de génesis.
    Este primer libro y sus consiguientes, relatos, novelas o crónicas, han dejado a Clarice siempre acompañándome como lectora y autora, latiendo cerca de mi corazón salvaje.

Andrea Jeftanovic (Chile- EE.UU.)
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APUNTES

No entres tan deprisa en esa noche oscura, de António Lobo Antunes, por Andrea Jeftanovic


En esta novela de año 2000, el sugerente autor portugués se adentra en la mente de una mujer, Maria Clara, que hace un fragmentado periplo por el pasado y el presente familiar durante un día de crisis frente a la inminente agonía del padre que es sometido a una cirugía cardiaca de urgencia. Así, la intriga comienza el primer día, cuando el padre de María Clara entra en un hospital para ser operado, y termina cuando le dan el alta. Los treinta y cinco capítulos de la novela están divididos en los siete días de la creación del mundo, con sus correspondientes citas al Génesis bíblico. Son siete días que reúnen las experiencias de esta familia perteneciente a la alta burguesía colonial del Portugal Salazarista que bajo una aparente respetabilidad esconde un turbio pasado, de orígenes difusos y actividades ilegales. El entramado narrativo es urdido con diversos y heterogéneos materiales: diálogos, voces internas, sesiones de terapia, diagnósticos médicos, frases que se repiten o no se terminan, acciones, memorias y pensamientos que luego se desmienten, confunden o destruyen; la escritura de un diario en el que se registran verdades y mentiras, que incluso es un diario escrito por más de un personaje/autor.

    Si bien el texto tiene algo de saga familiar o de novela de aprendizaje, es principalmente una lucha contra lo secreto y lo misterioso de la existencia humana. El mismo título de la obra, inspirado en un verso del poema de Dylan Thomas "Do not go gentle into that good night", apunta a esa trayectoria hacia la muerte, al inevitable viaje a “esa noche oscura”, como fin de la vida y como fin del acto creativo. La noche aparece como un espacio de transfiguración, de transformación en manos de una narradora llamada significativamente Maria Clara, que tiene la tarea de mantener la luz e intentar iluminar eso que no se entiende o a lo que no se tiene pleno acceso. No es menor que el autor defina esta novela como un poema, como se especifica bajo su título. Elementos propios de la lírica tales como el texto concebido como un todo orgánico, las coexistencias temporales, las diferentes voces, las imágenes superpuestas, la relevancia de los signos, la forma como se emplazan las frases y palabras en la página, los espacios en blancos, la repetición y el ritmo, son algunos de los aspectos del género poético que están presentes en este libro. Algunas veces los párrafos están dispuestos como estrofas. Lobo Antunes busca sentidos en las palabras, en la textualidad, y no en la peripecia, es así como afirma: "Para mim, muitas vezes a intriga não é mais do que o prego no qual se penduram os quadros". La poética de Lobo Antunes pasa por un gesto de agresión directa hacia la expresión lingüística, la sintaxis, la noción de tiempo y espacio; nociones que trabaja en esta novela a través de una protagonista mujer que representa la figura de la niña solitaria y rechazada que registra y cuestiona la historia familiar atravesando las dimensiones infinitas del lenguaje.

Andrea Jeftanovic (Chile- EE.UU.)
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PIES DE IMAGEN

Sarajevo Underground, por Andrea Jeftanovic



Como una imagen extraída de la película de Emir Kusturica, la ciudad de Sarajevo sobrevivió a la última guerra gracias un túnel bajo tierra de 800 metros de largo. Esto no es literatura ni ciencia ficción, sino la realidad histórica entre los años 1992 y 1995. Esa era la longitud de la esperanza y de la libertad del pueblo bosnio.
    Sarajevo en 1992 estaba en una situación límite, sitiada, bajo un bloqueo total que la tenía sin acceso a alimentos, gasolina, electricidad y armas. Así fue como en diciembre de ese mismo año, el ejército de Bosnia y Hercegovina comenzó a planificar la construcción de un túnel clandestino que pasaría por debajo del aeropuerto, adonde llegaba la ayuda internacional, y se extendería a alguna parte de la zona libre. En la zona libre se escogió el patio de los Kolar, una valiente y comprometida familia que entregó su casa para defender la ciudad. Después de siete meses de arduo trabajo, luchando contra las inclemencias del tiempo, la falta de herramientas y los derrumbes internos, dos excavadores que avanzaban desde lados opuestos se dieron la mano en un apretón que sellaba para los ciudadanos de Sarajevo una ventana al mundo libre.

    Sarajevo en esos momentos sobre la superficie era un infierno. Tanques, bombas, granadas, francotiradores, incendios, campos de concentración, funerales, matanzas en lugares públicos. Las imágenes de la televisión mundial se encargaron de retratar ese averno terrenal. Las noches eran los mejores momentos para hacer transitar personas y cargamento pesado porque los movimientos eran menos visibles para el enemigo que ya sabía de la existencia de este corredor. La circulación de personas era en una dirección a la vez y en grupos de entre veinte a mil personas, cada uno cargaba cincuenta kilos en su espalda y se demoraban dos horas en cruzar de un lado a otro. Diariamente un promedio de cuatro mil personas y veinte toneladas de material eran transportados. Pese al éxito en el transporte de heridos, armas y víveres, también hubo momento duros como cuando una granada mató a un grupo de personas que esperaba en la entrada. Pero la actividad del túnel no se detuvo, se fueron sumando funciones en su interior, gracias a una donación de cable por parte del gobierno alemán, se construyó un sistema de electricidad; después se agregaron líneas telefónicas que ampliaron las posibilidades de comunicación. Este túnel también posibilitó que personeros del gobierno y miembros del parlamento viajaran fuera del país para importantes negociaciones con la OTAN y líderes mundiales. También desde ahí se organizó un ejército de resistencia que consiguió armas, granadas, misiles anti- tanques que pudieron detener el avance de los serbios y mantener parte de la ciudad libre.
    Anécdotas al interior de este corredor hay muchas, como la pareja que logró contraer matrimonio en territorio libre tras viajar en el carro que se deslizaba a toda marcha nupcial por los rieles ferroviarios. El novio y la novia vestidos en sus atuendos de boda salieron a la superficie con una sonrisa y un ramo de flores en las manos. O, la vez que el propio Presidente de Bosnia y Hercegovina, Alija Izetbegović, lo utilizó para tomar un avión con destino a La Haya. El autor del sobrecogedor diario Sarajevo Blues, Semezdin Mehmedinović, también fue un transeúnte por este espacio y comenta en su libro cómo fue una noche sumergirse bajo tierra. “Estaba retornando a la ciudad por la única vía posible: el túnel. El agua estaba filtrándose por todas partes y el barro hacía más difícil el paso por este corredor. El túnel era tan estrecho que pensé que iba a estrellarme contra las naranjas que esa anoche ingresaban a la ciudad en pequeños carros. No había suficiente aire, y me sentía tan cansado que tuve que detenerme a medio camino. No tenía la fuerza para dar un paso más pero ya había caminado lo suficiente como para no poder retroceder. Estaba listo para recostarme ahí y dejarme morir cuando vi un sitio un poco más ancho que el resto del túnel y no sé por qué me animé a seguir. Ahora pienso que ese espacio había sido hecho de ese modo para poner a un lado a los muertos, y dejar que los vivos siguieran avanzando.”
    Cuando los visité, en 1997, los Kolar habían construido una nueva casa a un costado, e intentan mantener con precarias fuerzas veinte metros de este mítico túnel, con escasos recursos han construido un pequeño museo que conserva parte de la indumentaria, tiene registros de fotos y vídeos de esos días y mantiene su página web https://www.bih.net/tunel o https://www.tunel.bih.net . Sí Sarajevo pendió por años de un estrecho y precario pasadizo subterráneo que abrió un surco de nobleza y coraje en la feroz guerra de los Balcanes.

Andrea Jeftanovic (Chile / EE.UU)
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