APUNTES

Capturas, por Nora Domínguez

A propósito de Beya de Gabriela Cabezón Cámara

El cuerpo de Beya, un personaje de ficción, es un territorio de imaginación biopolítica. El cuerpo de la joven estudiante de la novela de Gabriela Cabezón Cámara, exiliado de su vida por el delito de la trata de personas, enajenado por la explotación sexual y el terror desatado en el puti-club, llevado a la extenuación de sus funciones vitales y subjetivas es presentado desde una enunciación que monopoliza la idea de matar o dejar vivir como un dilema político-narrativo acerca de cuál es el lugar y la condición de la víctima o cuál el de su posible conversión y soberanía. Una voz desencarnada parece flotar en el ambiente del burdel, atraviesa sus paredes como una conciencia externa o como la letanía interior de la mujer secuestrada. Desde allí asume el poder omnisciente de contarlo todo y el tono absoluto y avasallante que decide el tránsito del cuerpo de un lugar a otro.
       En ese resquicio enunciativo se juega la soberanía que va asumiendo el personaje.
     
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