El texto está basado en una canción infantil soviética. Fue leído por Leandro Uría en “El Aleph sigue engordando en Berlín”. (Ver crónica de Esther Andradi)
entamente los minutos se alejan flotando, y no espero volver a verlos. Quizá nos sentimos tristes porque nuestro pasado se va, pero todo lo mejor está por venir. Suavemente, suavemente, el largo camino se abre frente a nosotros y cruza el horizonte. Todos deberían creer y desear lo mejor, y nuestro tren azul avanza. Tal vez en algún momento herimos a alguien sin querer: el calendario va a pasar esa página por nosotros. Y apurémonos a buscar nuevas aventuras, digámosle al maquinista que acelere el tren. Suavemente, suavemente, el largo camino se abre frente a nosotros y cruza el horizonte. Todos deberían creer y desear lo mejor, y nuestro tren azul avanza. Nuestro tren azul avanza y se balancea: es un tren expreso y realmente está acelerando. ¿Por qué debería terminarse este día? Me gustaría que durara un año entero. Suavemente, suavemente, el largo camino se abre frente a nosotros y cruza el horizonte. Todos deberían creer y desear lo mejor, y nuestro tren azul avanza. Si los lugares por los que avanza a veces nos inquietan, no deberíamos preocuparnos. El futuro no está tan lejos, pero por suerte no demasiado cerca. No queremos que esto se termine, y si tenemos empeño no va a terminarse nunca. Suavemente, suavemente, el largo camino se abre frente a nosotros y cruza el horizonte.
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