POEMAS

Inéditos: Dos Poemas, por Alfredo Saldaña


En uno de los poemas de Malpaís , del 2015, Saldaña (Toledo,1962) escribe: “Hacer del lenguaje / un campo de minas / en el que todo pueda/ en un momento/ saltar por los aires”. Durante los meses de otoño de este año, estuvo en Buenos Aires haciendo una investigación sobre Roberto Juarroz. En la libreta que tomaba notas de las entrevistas que realizaba y de los datos que hallaba en las bibliotecas, también se fueron colando varios poemas, como estos dos que hoy publica EdM.
    Ver: Saldaña en EdM

El difícil arte de caminar

Camina e intuye que esa y no otra es su posesión, su pertenencia: convertirse en el extranjero de sí mismo, poner tierra de por medio, liberarse de todas sus aflicciones y embriagarse en las tabernas con agua y no con vino. En su corazón guarda lo que solo el lujo de la pobreza le permite conservar: el aire de los caminos y el recuerdo de la sal de su sudor al caminar.

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APUNTES

Roberto Juarroz y José Ángel Valente: La exploración de la profundidad, por Alfredo Saldaña



Alfredo Saldaña es profesor de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada en la Universidad de Zaragoza. Ha publicado Fragmentos para una arquitectura de las ruinas (1989), Palabras que hablan de la muerte del pensamiento ( 2003) y Malpaís (2015), entre otros libros de poesía. EdM quiere compartir con sus lectores este artículo de Saldaña en el que dialogan las experiencias poéticas del español y el argentino. Allí donde Valente escribe “Cuando ya no nos queda nada, / el vacío del no quedar / podría ser al cabo inútil y perfecto”, Juarroz sentencia “Hay que excavar la nada hasta borrarla”. Ambos dejan caer del cielo lo que siempre falta.

Este es el relato de dos trayectorias, a mi juicio, fundamentales en el discurrir de la poesía en español durante la segunda mitad del siglo XX, las del argentino Roberto Juarroz (1925-1995) y el español José Ángel Valente (1929-2000), dos poetas que mantuvieron una relación intensa y radical con el lenguaje, al margen de grupos y movimientos generacionales. Ambos se entregaron a un proyecto similar de estiramiento de los límites del lenguaje y encontraron en la nada y el vacío, antes que representaciones de una cierta negatividad, oportunidades de generación de nuevos sentidos. En ambos casos, la palabra no sella ni clausura el pensamiento sino que se ve traspasada por un pensar que no termina de cerrarse. Lenguaje y reflexión convocados en un mismo y singular acontecimiento orientado hacia la explosión y la apertura y entendido como un proyecto armado a través de la duda y la interrogación permanentes, la búsqueda del sentido y la desconfianza frente a cualquier tipo de destello identitario.
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