ateo dice que me ama, que me desea, que me quiere, que me necesita, que deja todo, que cambia, que hace lo que yo quiera…
Él dice que no puede sin mis besos, ni mis caricias, que se siente solo, muy solo sin eso. Él me dice que nunca le pasó algo así, que esto es distinto, que por primera vez se siente así. Que él quiere, y que no entiende por qué yo no quiero. Justo esta vez, que alguien tiene todo para darme, mucho o poco, lo que sea, lo que venga, pero de la mejor manera.
Las manos abiertas, el corazón, el alma -si es que tenemos- sus ojos grandes despiertos, su piel suave, su sexo, su olor, el de su cuello…
Él dice que me quiere, tiempo completo, que le gusta la música que escucho, la ropa con la que me visto y cómo me desvisto cuando estamos juntos, que así como así, escribió el primer poema de toda su vida, y para mí:
…Me embrujaste. Me enloqueciste. Me diste todo lo que me gusta. Lo que sentiste. Y dejé una vida y empecé otra. Decidido. Otra distinta. Que sin vos, sí, sin vos no tiene sentido…
En otro momento de mi vida hubiera pensado QUÉ PELOTUDO, pero con él no, no sentí eso, y no lo dije. Me desarmé, me derretí, quedé chorreada en el piso como un helado que se le cae a un chico, y me tuve que rearmar cucharita a cucharita.
Él dice que quiere y que quiere que yo pueda. Pero no puedo, y me confundo, y me da todo y yo me siento una basura, gusana y me pongo tensa y me deshago.
Y pongo un disco, que es para él, una canción. Y voy al cuarto para encerrarme. No puedo hablar, no quiero verlo, y escucho la canción tirada en la cama, herida y seca. Esa canción en la que le susurro a él lo que no puedo decirle…
…Tú, que llenas todo de alegría y juventud, y ves fantasmas en la noche de trasluz, y oyes el canto perfumado del azul. Vete de mí, no te detengas a mirar las ramas viejas del rosal que se marchitan sin dar flor. Mira el paisaje del amor que es la razón para soñar y amar. Yo, que he luchado contra toda la maldad, tengo las manos tan desechas de apretar que ni te puedo sujetar. Vete de mí, seré en tu vida lo mejor de la neblina del ayer cuando me llegues a olvidar, como es mejor el verso aquel que no podemos
recordar…
Dormir es imposible por los golpes en mi puerta. Golpes y más golpes. Y yo tensa como una larga vara de junco. Espero que se vaya cuanto antes. Rápido. Ya sabe que no puedo pero insiste. Ya sabe. Y sabe el porqué, se lo dije. Cientos de veces dije no. Pero a él no le importa, quiere que nos vayamos lejos, los dos solos a donde sea.
Y yo lo quiero, lo amo, lo adoro, lo siento en mí, y me arde, me quema, me desarma y me rearma y con fuerza de otro mundo, y me destrozo.
Naty Menstrual
Buenos Aires, Argentina, EdM, marzo 2012.
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